martes, 18 de enero de 2011

Música Barroca

Asisto a una función de Música antigua.
Las luces de la sala se apagan y los focos están dirigidos a los lugares de los músicos y sus instrumentos. Como es natural hay cierta expectación. Silencio.
Entran los intérpretes todos vestidos de negro y los recibimos con un aplauso cariñoso y de buena crianza.
Son siete: flauta traversa – 2 flautas dulces – fagot barroco – continuo – violín barroco y oboe barroco.
Nos introducen en la época con un concierto de un francés que seguramente es de conocimiento de los entendidos pero la sala supone que lo conocían en su casa a la hora de almuerzo y que eventualmente era sobrino de un violinista famoso que vivía en Lyon.
Consiguen su objetivo y estamos más dispuestos para el juego de la música.

Le toca el turno a Telemann:
Flauta traversa, alto, delgado, pelo largo y ondulado que le cubre toda la frente, anteojos, rasgos normales.
Fagot, grueso, rubio. Ojos claros, aspecto italiano.
Continuo, bajo, un poco pasado de peso, nariz también pasada de peso y mirada cándida.
Flauta dulce, alto, delgado, anteojos de marco grueso y grande, pelo abundantísimo. No puedo decir más, el pelo y los anteojos le tapaban la cara.
Cuarteto en Re menor, para 2 flautas, fagot y continuo.
Cuando todo estaba listo, el traversa hizo un pestañeo enérgico y arrancaron con el Andante.
Aquí con los ojos entrecerrados, sin mucho esfuerzo, empezó a actuar la magia de la música y yo a liberar mi espíritu.
Se detuvieron unos segundos para cambiar al Vivace.
Tengo la impresión que no me van a creer, pero cuando abrí los ojos, ahí estaban:
El traversa con camisa blanca con mangas terminadas en volantes y con un jubón de terciopelo negro, al cuello un lazo verde.
El fagot, camisa blanca con cuello de lechuguilla, puños bordados, gabán verde.
El continuo, camisa blanca con amplias mangas terminadas en encajes y lazo morado.
El dulce, camisa blanca, cuello y puños bordados y lazo negro. Capote rojo.
Todos con pelucas blancas cortas.
El Vivace sonaba esplendoroso.
Alcanzo a oír a mi vecino, annehmbar. Para no ser imprudente miro de reojo; unos botines negros con hebilla de plata, medias blancas, calzas negras hasta debajo de la rodilla, gabán capa larga carmesí jironado de terciopelo de donde salían por puños y cuello volantes blancos. Peluca larga con bucles color cobre. Lo reconozco, maestro le digo, repite, annehmbar.
Se encienden las luces y se termina la magia. Todo vuelve a ser como al inicio. Los músicos con sus uniformes negros agradeciendo los aplausos con reverencias exageradas y yo para no mostrar mi frustración, salgo con todos a la calle, que nos traga. Voy al Metro, hey Taxi, chao, hablamos, .........oigo, y me voy caminando sin rumbo.

5 comentarios:

  1. Fantástica descripción , real y virtual
    Angelegen queda de tarea

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  2. Solucionada la tarea. El Maestro usó un término del barroco. Lo consulté y me autorizó para modernizarlo. (Por su intermedio, espíritu de los espíritus)

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  3. Uy! parece que estamos ante palabras mágicas
    creo que quedé para Marzo

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  4. Realmente puedo ver a través de tus relatos, imaginar que estoy ahí ... Sentada
    Escuchando la música por medio de tus palabras.

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  5. Es el mejor elogio que pudiste hacer.
    Recibir la comunicación con sensibilidad.De eso se trata.

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